Se plantea como un instrumento preconcursal para evitar la insolvencia, o superarla. La empresa obtiene indudables beneficios ya que la puede buscar refinanciar su deuda y evitar así el proceso concursal o puede planificar un posible acuerdo con sus acreedores, una vez iniciado el proceso concursal o bien instar un concurso voluntario sin las tensiones propias de situaciones “in extremis”. Además, gracias a la reestructuración, se abre también la posibilidad de homologar un plan de reestructuración, por lo cual si se aprueba por la mayoría de las clases de acreedores, arrastra a todos los acreedores que no han votado a favor de él, incluso a los socios si es que tampoco estuvieran a favor.

Es posible que seas acreedor en un concurso y descubras en la documentación que existe alguna operación que pueda ser rescindida, por ejemplo, la venta con carácter previo al concurso de algún activo de la sociedad por un precio inferior al que seria lógico en el mercado. En estos casos podemos poner en marcha los mecanismos legales existentes para conseguir que se rescinda esa operación y el activo regrese a la empresa y sirva para pagar a los acreedores.

Del mismo modo, y gracias a nuestro profundo conocimiento de la materia, podemos ayudarte si eres el afectado – demandado por una acción rescisoria que haya sido interpuesta en un concurso de acreedores. Por ejemplo, si fuiste el comprador de ese activo y te ves de repente demandado por el administrador concursal que pretenda que el bien que compraste se reintegre al activo de la sociedad.